14/08/2014
Pescanova no quiere perder Argenova

La filial argentina de la multinacional corrió riesgo de perder sus permisos de pesca luego de que una auditoría del nuevo directorio, compuesto por banqueros, descubriera una empresa del grupo operando en las Malvinas, la cual fue vendida inmediatamente para salvar Argenova.

Revista Puerto - Pescanova no quiere perder Argenova
Por Karina Fernández

Argenova pudo cerrar sus puertas. En 2012 su casa matriz española, Pescanova, ingresó en un proceso de crisis financiera que puso al descubierto manejos fraudulentos de su administración. Se realizaron auditorías, se buscaron inversores para rescatarla y se conformó un nuevo directorio. En la última auditoría apareció una empresa en las Islas Malvinas que no figuraba en los papeles de la multinacional pero era parte del grupo. Esto puso en riesgo la continuidad de Argenova en nuestro país, ya que la relación empresaria pesquera con las Islas Malvinas está prohibida por Resolución del Ministerio de AGyP.

A esta situación se arribó cuando la filial argentina debía presentar la declaración jurada sobre inexistencia de relación con las islas. Descubierta la empresa del grupo en medio de una convulsión interna donde los antiguos directivos de Pescanova ya estaban afrontando procesos penales y se producía un traspaso de accionistas, Jaime Pérez Pena, presidente de Argenova, solicitó  una prórroga, que la administración nacional le concedió atendiendo la situación particular de su casa central.

Una vez confirmado el nuevo directorio -hoy son siete bancos los dueños de Pescanova- se procedió a realizar el saneamiento. Se desprendieron de las pisciculturas que le daban pérdidas, como Pesca Chile, y de la firma malvinense que ponía en riesgo su permanencia en la Argentina. La venta del 100% de las acciones se realizó días antes de que venciera el plazo para presentar la declaración jurada ante las autoridades nacionales.

Perder Argenova significaría un grave problema para la multinacional que intenta recuperarse de la debacle a la que fue arrastrada por los antiguos administradores. La empresa más importante de España, líder mundial en la comercialización de pescado, estuvo al borde de la quiebra. Las auditorías pusieron al descubierto deudas millonarias, prestamos fraudulentos, empresas que figuraba como parte de la estructura mundial de la firma y no estaban a su nombre y se descubrieron también empresas que no figuraban en la composición accionaria. En este último caso entra la empresa de las Malvinas que puso en riesgo sus permisos en Argentina.

A partir de la venta de las acciones de la firma malvinense, Argenova vuelve a sujetarse a derecho y cumplida en tiempo y forma la presentación de la declaración jurada, no debería existir ningún inconveniente para seguir operando en el Mar Argentino.

La pérdida de Argenova implica un problema para Pescanova y para la industria pesquera nacional, dado que el cierre de sus puertas implicaría la desaparición de mil puestos de trabajo. Ahora la última palabra la tiene el director de Control Pesquero, Carlos Liberman, quien debe validar la declaración jurada de la empresa.