El sector del transporte de pescado en el puerto de Mar del Plata atraviesa serias dificultades a la hora de mantener un servicio vital para que todo el proceso industrial fluya y el pescado fresco llegue del muelle a las plantas procesadoras.
En la Asociación de Transportistas del Puerto, entidad que agrupa a cerca de 300 unidades de transporte, reconocieron la difícil situación a partir de “un precio del flete que está muy bajo, entre 42 y 48 pesos por cajón, que lo pagan los menos”, puntualizó Franco Di Meglio, que a los setenta años sigue siendo el presidente de la entidad.
El precio de la tarifa se actualiza cuatro veces al año: diciembre-marzo-junio-septiembre, pero señalan que los aumentos que sufren los repuestos, la VTV, el combustible y las habilitaciones que deben tener para poder trabajar en los muelles del puerto, “son muy superiores a lo que se cobra y siempre hay algunos que están dispuestos a trabajar por menos”, reconoce el transportista en diálogo con este medio.
Del flete se encargan las fábricas que compran el pescado entero en muelle, salvo que armador y frigorífico sean la misma empresa. “Nosotros hacemos la distribución del pescado al destino y ese precio por cajón, la mayoría paga 42 pesos, es una miseria”, cuenta Leandro, otro fletero.
Un camión chasis tiene una capacidad promedio de carga de 250 cajones y no siempre se carga completo. La falta de merluza que muchas veces han denunciado los frigoríficos, también se siente en el camión.
“Muchas veces son 100 cajones, a 4.200 pesos en los que, entre la espera para la carga en muelle y la demora para descargarlo en la planta, si esa noche hay más camiones y te toca esperar, estás entre 7 y 9 horas hasta que quedás liberado. Un promedio de 500 cajones por semana son 84 mil pesos al mes para vivir y pagar los gastos del camión”, revela el fletero.
En la Asociación confirman los datos y aseguran que por esta situación es que el parque automotor no se renueva y muchos camiones presentan un estado deficiente y hasta siguen circulando camiones Bedford del año 1963.
“Las cajas térmicas se destruyen con la sal del mar; reemplazar cubiertas, renovar una VTV sale hasta 18 mil pesos y algunos camiones deben renovarla cada 6 meses. Habilitaciones anuales como la del Consorcio; Municipalidad; SENASA; el psicofísico y el monotributo para salir a las rutas y contador todos los meses. Y rezá para que no se te rompa nada, pero siempre hay algo que hacer porque algunas calles están intransitables”, lamentó Di Meglio.