Los trabajadores del pescado en Mar del Plata decidieron dar 48 horas más de plazo a las empresas adheridas a CaIPA para que mejoren la oferta salarial por el segundo tramo de la paritaria 2022 que incluye a los obreros bajo convenio colectivo 171/75 de la rama del fresco.
Pese a que su Secretaria General había anunciado en las horas previas que una oferta insuficiente en la audiencia del martes activaba automáticamente una medida de fuerza en las plantas de procesamiento en tierra, el Cuerpo de Delegados reunido ayer al mediodía en el salón del gremio decidió otra cosa.
“Fue mayoría la idea de esperar estas 48 horas para tomar la decisión”, aseguraron fuentes del sindicato consultadas por este medio.
En realidad, en algunas empresas sí hubo medidas de fuerza. En las harineras Coomarpes y Agustiner hubo durante algunas horas bloqueo de camiones, en la previa a la audiencia con CaIPA. También hubo medidas de fuerza en “Aleta Amarilla” y también en “Zhejiang”, la ex planta de Barillari, en José Hernández 69.
Durante la reunión de delegados se vivieron momentos tensos entre quienes querían paralizar toda la actividad en ese instante y quienes se oponían, aduciendo que en estos días había aumentado el trabajo después de meses de estar con el garantizado y querían aprovecharlo.
En el gremio buscan que el principal porcentaje del reajuste recaiga sobre el mes de septiembre y que se pague en tres cuotas hasta noviembre, a modo de llegar con la actualización completa para que impacte en el sueldo anual complementario. Lo que se firme será también como con los marineros, sumas no remunerativas, a valores de febrero 2022.
Pero en las últimas horas y en función de los datos de la realidad –la inflación de octubre se ubica en torno al 7%– y también a partir de algunas sugerencias generadas en la propia reunión de delegados, en el SOIP evalúan otras estrategias.
Fundamentalmente acortar los plazos de extensión del posible acuerdo. En este escenario ya no se negociaría a febrero 2023 sino por tramos más cortos, que podría ser septiembre, octubre y noviembre, o incluso menos, el período septiembre y octubre, para volver a sentarse en diciembre.
El talón de Aquiles de este escenario también lo marca la realidad. Bien entrados en la primera quincena de noviembre, los obreros todavía no tuvieron ningún reajuste porque el gremio no puede terminar de cerrar el acuerdo con la patronal que incluye un retroactivo a septiembre y ya también a octubre.
Muchos temen que las partes no vuelvan a negociar en diciembre y terminado el 2022 la actualización salarial del año no llegue al 90%, varios escalones por debajo de la inflación proyectada.