La falta de reservas en el Banco Central generó que el Gobierno ponga desde la asunción de Sergio Massa un torniquete a la salida de divisas bajo la forma del nuevo sistema de gestión de las importaciones (SIRA).
De acuerdo a un informe elaborado por la Federación de la Industria Naval (FINA), el porcentaje de insumos y naval-partes más relevantes para la producción de la industria bajo el régimen de licencias no automáticas pasó del 30% al 76% del total de posiciones desde la entrada en vigencia de la Resolución 26/2022 de la Secretaria de Comercio.
El aumento de los obstáculos para los constructores navales también lo sufren los armadores al momento de llevar adelante reparaciones o renovaciones que involucren sala de máquinas, el puente o el casco de las embarcaciones.
La FINA presentó el documento ante autoridades de la Secretaria de Industria y Aduana a fin de persuadir a las autoridades para lograr un fluido más dinámico de los elementos importados, siempre teniendo en cuenta que son insumos que no se fabrican en el país.
Hay un antes y un después de la Resolución 26 para la industria naval. Las posiciones arancelarias que son relevantes para el sector y que estaban comprendidas en licencias no automáticas pasaron de 10 a 27; las de relevancia media, de 16 a 29 y las de baja relevancia bajaron de 48 a 18.
Entre los principales productos afectados por las restricciones figuran chapa naval, perfiles y laminados de acero inoxidable, productos de aluminio, paneles ignífugos, motores a combustión, cajas reductoras, hélices de paso variable y proa, instrumentos de navegación y telecomunicaciones.
De acuerdo a distintas fuentes consultadas por REVISTA PUERTO en la actualidad no hay buques parados exclusivamente por la falta de algún insumo importado, pero todos coincidieron en que se viven momentos delicados.
“No estamos ajenos a esta problemática y existen demoras en la aprobación de la SIRA para la importación de motores”, cuenta Mariano Vic, representante de Yanmar en Mar del Plata. Con varios frentes de obras abiertos, atiende la flota de Moscuzza, reconoce que buscan alternativas para ganar tiempo. Una de ellas es que los propios armadores realicen su importación. Los pedidos que hicieron desde sus oficinas en Mar del Plata aguardan autorización hace veinte días.
“Otro de los problemas son los repuestos de los motores que vendemos y ahí tratamos de anticiparnos e ir generando importaciones de manera frecuente para no quedarnos sin stock”, dice el Gerente Comercial.
En estos primeros días del año se conoció que el Sirius II, de El Marisco, ahora propiedad de Pedro Baldino y Ciccolella, volvió roto en una de las primeras mareas del año. La misma suerte habría corrido El Marisco chico. Si la empresa armadora debe buscar repuestos importados, el tiempo de reparación puede demorar varios meses.
“Ahí el problema es que son barcos viejos y arrastran un mal mantenimiento. El futuro para esos barcos no es alentador”, contó una fuente sindical.
Pablo Trueba, del SIMAPE, sumó a esta lista los casos del Margot y el Galemar, que también están en reparaciones desde hace mucho tiempo. “No estamos a favor de las importaciones de barcos usados pero estos barcos no se reemplazan de la noche a la mañana. Y siguen quedando compañeros en el muelle sin embarque”, explicó el dirigente sindical.
Desde la empresa Mattera aseveraron que tuvieron dispares situaciones ante la necesidad de importar repuestos para dos de sus barcos. “El año pasado esperamos cuatro meses unos repuestos para el Franco y ahora compramos un repuesto para el Fonseca, generamos la SIRA y la autorizaron en pocos días junto con la autorización del banco para pagarla”.
La gerente de CEPA, Fernanda Grimaldi, reconoció que no tienen buques pesqueros asociados al Consejo parados por problemas en la importación de repuestos o insumos básicos, aunque se mostró preocupada por estos los problemas que traban y afectan a un sector productivo generador de divisas.
La Pasteca Soluciones Navales es uno de los proveedores de la industria pesquera local. Mariano Pascual, su gerente, asegura que si bien hay problemas y trabas, ha podido hacer una rueda para no quedar sin repuestos.
“Todo lo que es cadenas y anclas, algo que vendemos mucho, no hay producción nacional. No son montos grandes y eso ayuda a que no haya tantas demoras”, reveló. Pascual esta cerca de hacer pie en Uruguay para proveer de servicios desde ahí y mejorar los tiempos de entrega de los productos que comercializa.
Otro actor de la industria consultado por este medio reconoció que la situación era delicada y estaban en conversaciones constantes con la Subsecretaría de Pesca para que oficie de gestor ante Comercio.
En su grupo empresario venían arrastrando SIRAS de repuestos e insumos de los buques desde el año pasado por un monto cercano a los 300 mil dólares. “Sobre principios de enero se empezaron a mover”, destacó la fuente en tanto resaltó el buen diálogo desde las cámaras con el Gobierno para ir buscando soluciones.