En medio de un contexto con claroscuros para la industria naval de Mar del Plata, Astillero Contessi realizará este sábado, a partir de las 9 de la mañana, la ceremonia de botadura 144 en la historia de la empresa, con la puesta en el agua del fresquero de altura “Huafeng 881” de la armadora Dalian Huafeng controlada por el grupo Arbumasa Austral.
Será el cuarto buque que el astillero marplatense entrega al grupo armador, de los seis previstos en el contrato. El cronograma original establece que el quinto buque sería entregado antes que termine el 2023 y el último, dentro de un año.
Como los anteriores, las medidas del prototipo del buque marcan una eslora de 24,10 metros, 7,80 metros de manga y un puntal de 3,65 metros. Lo que seguro no es idéntico es el costo de su fabricación.
Ya en la botadura del “Huafeng 882”, acontecida el 28 de diciembre pasado, Domingo Contessi había reconocido en su discurso que el barco tenía insumos que costaban en Argentina hasta un 300% más en dólares que en el resto del mundo.
Este dato resume la crisis que atraviesa el sector a partir de la brecha cambiaria –o de las brechas cambiarias– y de las dificultades en la importación de insumos vitales en la construcción de este tipo de buques.
“Es la primera vez en la historia que botamos un barco sin sus interiores terminados en un ciento por ciento, y eso nos da mucha vergüenza”, confesó el presidente del Directorio. La realidad no entrega estímulos para que el discurso de este sábado se aparte de aquel camino descripto en diciembre.
Para cumplir con la botadura pasada el astillero debió traer equipos vía aérea porque cuando la Secretaría de Comercio autorizó su importación ya no daban los tiempos del flete marítimo. Y otros insumos, como los techos ignífugos, llegaron por barco pero no hicieron a tiempo de retirarlos de la Aduana y se colocaron con posterioridad.
La situación no ha cambiado mucho en estos meses más allá de algunas gestiones oficiales para aliviar las trabas, sobre todo del sector armatorial, para que parte de la flota no quede parada por falta de repuestos vitales.
Seguramente esta difícil coyuntura forme parte de las palabras de Contessi, como también la decisión del Consorcio Portuario de extender los plazos de concesión a los tres astilleros radicados en jurisdicción portuaria y que les permite planificar el futuro con un poco menos de incertidumbre que aquella a la que los somete el actual gobierno con sus permanentes cambios de condiciones al momento de producir bienes de capital.