Los casi 50 obreros del pescado que venían trabajando en negro en el frigorífico Open Sea inaugurado el año pasado en el Parque Industrial “General Savio” no alcanzaron a ser registrados y ya quedaron en la calle.
La empresa Open Sea, tal el nombre que figura en el expediente abierto en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, decidió cerrar sus puertas y ofreció las correspondientes indemnizaciones a los 47 trabajadores, entre los que hay envasadoras, peones y camaristas.
“Razones económicas y dado el contexto socioeconómico reinante ha debido tomar la lamentable y no querida decisión”, según expuso Rubén Galante, apoderado de la empresa del empresario Juan Taranto, y consta en el acta de la audiencia celebrada el viernes en la delegación local de la cartera laboral.
A esa instancia habían sido convocados por Raúl Calamante, coordinador Regional del Ministerio, el día anterior, cuando se conoció la noticia del cierre de la planta. Cuando los obreros recibieron la noticia, último día del mes, estaban acompañados de algunos patovicas requeridos por la patronal.
Según denunciaron los trabajadores, los amedrentaron para inducirlos a la conveniencia de aceptar los montos ofrecidos y en ese contexto, hasta generaron algunos daños en automóviles y motocicletas de los propios obreros.
El frigorífico es de la empresa “Mar de Messina”. Así figura en la inspección realizada en abril pasado, cuando una comitiva del Ministerio reveló la presencia de trabajadores no registrados que mientras ellos se identificaban en la puerta principal, por una secundaria los sacaban a la calle.
La comitiva volvió al día siguiente y la estrategia de los empleadores fue otra. Directamente los escondieron en un contenedor en el que estaban guardando productos de la pesca con destino a exportación.
El Ministerio labró las actas pertinentes y giró las actuaciones a la sede central para que determine el monto de la multa. Ese expediente todavía no tiene dictamen final ni se sabe el monto que se le aplicó como sanción por tener obreros no registrados y esconderlos.
A partir de esa situación el Ministerio abrió un canal de diálogo entre “Mar de Messina” y el SOIP para iniciar el proceso de registración, compromiso que había asumido Taranto por aquellos días. El tiempo pasó y lo único que se supo a mediados de junio es que la empresa que los registraría sería “Open Sea” y que el blanqueo sería por etapas, en grupo de 15 trabajadores.
“Los compañeros no llegaron a estar registrados”, confió una fuente del SOIP ante la consulta de este medio. Taranto entonces los despidió antes de darlos de alta y completar el formulario 931 de AFIP. “Logramos que sea al 100% y no al 50% como pretendían el jueves”, acotó la fuente.
“Mar de Messina” seguirá funcionando. Lo avisó el propio letrado de Taranto, según se refleja en el acta. “Se va a conservar el servicio de frío”, dijo Galante.
Este lunes el Ministerio convocó a una nueva audiencia entre las partes, pero dado que el viernes por la tarde ya los 47 obreros habían acordado el esquema de indemnización, no tendría mucha razón de ser.
A los dirigentes del SOIP les resulta curioso que el empresario haya hecho semejante inversión para montar una planta de reproceso de pescados y mariscos, con lugar para que trabajen unos 70 obreros del pescado, y que la experiencia dure apenas dos años.
En el gremio aseguran que es una estrategia para desentenderse del compromiso de la registración, aguardar unas semanas y volver a funcionar otra vez con gente en negro. En el Ministerio de Trabajo deberían tomar nota de las sospechas del sindicato.