Mediante la Disposición 139 publicada el pasado 6 de septiembre, el director de Pesca provincial, Matias Nicolosi, aprobó la transferencia de los permisos de pesca comercial marítimo y fluvial para la embarcación “Santa MaríaI I”, (Matrícula 02324) a favor de la “Madonna Di Giardini” (Matrícula 01507).
El buque de la empresa “Giardini Mare SA” vio extinguido su permiso de pesca nacional en el Acta 11/22 del Consejo Federal Pesquero, y en el marco del proceso de reformulación que originó el permiso del “Antonia D” se ordenó su desguace.
El casco estaba en buenas condiciones y la empresa seguramente pensó en alguna alternativa para prolongar su vida útil porque al poco tiempo del Acta 11/12 propuso, y contó con el aval del CFP para que en lugar del “Madonna”, pudieran desguazar el casco del “María Casanellas”, un barco inactivo en la Patagonia.
Lo curioso de la Disposición 139/23 es que deja sin efecto el artículo 2 de la Disposición 116/23 que había dado de baja del registro de Buques Pesqueros el permiso del “Madonna Di Giardini” justamente por haberlo cedido al “Antonia D”.
El “Santa María I” es un fresquero de 23 metros que está operativo. Pesca merluza desde los puertos de Comodoro Rivadavia y Bahía Camarones. Tiene un pasado en aguas de la provincia de Buenos Aires y de ahí que conservara ese permiso, aunque sus plazos de vigencia estarían completamente vencidos.
“Con esto van a transformar a Mar del Plata en un San Antonio II; vamos a acudir a la Justicia para frenarlo”, refirió un referente de la flota costera. Desde la asociación que agrupa a la flota prefirieron guardar silencio hasta tener las explicaciones directas del propio Nicolosi.
La polémica decisión del Director de Pesca bonaerense no solo genera un incremento del esfuerzo pesquero, sino también arbitrariedad; y sienta un peligroso precedente de la autoridad de aplicación. Tiempo atrás, sin ir más lejos el armador Franco Boccanfuso debió desguazar su barco “Indómito” al formar parte de un proyecto de reformulación.
“Están violando todas las leyes habidas y por haber”, dijo Boccanfuso ante la consulta de este medio. “Hace cuatro meses tuve que romper al “Indómito” y todos los viejos pescadores de la banquina hicieron lo mismo cuando vendieron sus permisos y les determinaron el fin de su vida útil… No tienen vergüenza”, subrayó el armador, indignado.
Lo más grave del caso “Madonna Di Giardini” es que abre la puerta para que, siguiendo el ejemplo del “Santa María I”, comiencen a resucitar permisos de pesca provinciales que promuevan una duplicación del esfuerzo pesquero. Barcos con permiso de pesca nacional que operaron desde Mar del Plata y luego migraron para operar en puertos patagónicos conservarían ese permiso provincial.
Es el caso del “Anave” y del “Siempre Don Vicente”; los costeros de la flota amarilla de Rawson tendrían muy avanzada su transferencia al “Arvi” y el “Gloriosus”. Este último ya está amarrado en el puerto marplatense a la espera de que se cumpla con el trámite.
“De esta forma están matando a los pescadores de Buenos Aires, a los que siempre bancamos la pesca y generamos trabajo en Mar del Plata. Ahora van a poder venir los del sur a pescar acá… Haremos todo lo que haya que hacer para frenar esta locura”, aseveró Boccanfuso.