08/11/2023
Pampa Azul en diez años

Quedó inaugurado ayer el primer congreso sobre la iniciativa estatal que nuclea a científicos de todo el país que trabajan en objetivos de desarrollo y conservación de los espacios marítimos clave. Qué hacen, quiénes, cómo y para qué, fueron los puntos desarrollados en el primer tramo.

Revista Puerto - Mar del Plata - Congreso de la Iniciativa Pampa Azul - img 02
Por Karina Fernández Fotos Diego Izquierdo

Ante un auditorio con más de quinientas personas, se dio inicio al primer Congreso de la iniciativa Pampa Azul, presentando la forma en la que se ha organizado, de qué forma se ha trabajado y cuáles son los objetivos planteados y para qué áreas específicas, cinco áreas que fueron elegidas por su importancia biológica, económica y estratégica. “Pampa Azul no nace de cero, había una tradición muy grande y sostenida de investigación científica en el mar”, señaló en las palabras inaugurales Juan Sala, coordinador de la iniciativa, reparando la presentación que se hizo en su lanzamiento en 2014, cuando la entonces presidenta Cristina Fernández dijo que por primera vez se investigaría el Mar Argentino, desconociendo la labor de 35 años que llevaba el INIDEP. Se señaló como motivo de orgullo el hecho de que al mismo tiempo que se realiza este Congreso en otros puntos del país se llevan a cabo otras actividades de relevancia relacionadas con la actividad marítima, lo que permite inferir que el objetivo de convertirla en una política de Estado se está logrando.

La presentación en sociedad de Pampa Azul estuvo a cargo de la prestigiosa investigadora Claudia Simonato, quien dio detalles sobre la conformación y el trabajo del Consejo Asesor Científico compuesto por dieciocho profesionales que representan a toda la comunidad científica.

“Pampa Azul se relanza en 2020 con tres objetivos muy claros: fortalecer las capacidades del sistema científico-tecnológico para contribuir a las políticas públicas relacionadas con el mar; fortalecer las capacidades interinstitucionales de investigación, desarrollo e innovación con perspectiva federal y avanzar en una agenda de temas estratégicos que contribuyan a la soberanía y seguridad nacional y al desarrollo social, económico y ambientalmente sostenible” señaló la investigadora.

Sobre las Áreas Geográficas Prioritarias, señaló que fueron elegidas por ser biológicamente muy productivas, poseer altos valores de biodiversidad; jugar un rol importante en el ciclo de vida de especies comerciales y de interés para la conservación; por jugar un rol en la regulación del clima y por resultar de interés en términos geopolíticos o de política federal.

Las áreas son el Atlántico Austral, conformada por el ámbito que se extiende hacia el este de Tierra del Fuego; la del Golfo San Jorge y Sistema Frontal Norpatagónico; la del Agujero Azul; la del Sistema Fluvio-Marino del Río de la Plata y la de las Islas Subantárticas.

Además de las áreas prioritarias el esquema de estudio se desarrolló alrededor de temas de áreas científicas horizontales: conservación de la biodiversidad, planificación espacial marina, cambio climático, gestión de riesgo ambiental, prospección geológica y geofísica; investigación pesquera y actividad humana; y sistema de ambiente costero marítimo.

La investigadora destacó que el sistema de trabajo a través de las distintas mesas permitió que profesionales relacionados con las ciencias del mar, distribuidos en distintas partes del país pudieran reunirse y generar un rico intercambio.  Informó que en el último tiempo se ha generado una mesa de investigación sobre la interacción humana generándose un diagnóstico de base.

Precisamente a esa mesa se refirió la abogada Griselda Capaldo, quien planteó que una de los problemas que se identificaron fueron las vacancias en la educación universitaria en materias de grado vinculadas con el océano y la actividad marítima, impidiendo la generación de un recambio generacional capaz de abordar los desafíos que presentan, por ejemplo, los diferentes acuerdos de derecho internacionales en materia ambiental, marítima y pesquera.

“No se enseña como materia de grado la sociología ambiental, ni las ciencias políticas de los recursos naturales, o geografía ambiental y oceánica; en las ciencias jurídicas se dedica un hora y media dentro de una asignatura mayor, no tiene autonomía didáctica el derecho pesquero” y esto genera falta de interés en los jóvenes, aseguro la docente e investigadora.

A cargo de Eleonora Verón estuvo a cargo la presentación de la mesa de Planificación Espacial Marina. Lo que se busca con este proceso es organizar y ordenar lo que ocurre en los distintos espacios de los ambientes marítimos desde las ciencias sociales: “Los espacios marinos son complejos y confluyen distintos sectores de la sociedad que de una u otra manera van a intentar hacer prevalecer sus intereses”.

Asegura Verón que la planificación es una de las herramientas con las que se cuenta para organizar el caos mediante un proceso científico, técnico y político, buscando analizar qué usos y actividades se dan en espacios concretos en un período temporal determinado, “para de esta manera ayudar a sacar el mayor provecho en sustentabilidad, pero por las características de estos ambientes deben ir revisándose continuamente”. Los espacios seleccionados en esta primera etapa fueron la Cuenca Austral y la Cuenca Argentina Norte.

Señaló la investigadora que la mitad de los países del mundo están aplicando este tipo de planeamiento “y lo primero es identificar qué hay que hacer y la organización del proceso: qué; cómo; con quién y delimitar el área de trabajo. Luego identificar las áreas ecológicas más relevantes, qué usos y actividad se realizan, como así también qué relación hay entre ellos, qué conflictos aparecen y buscar que se genere el mayor beneficio posible proyectando escenarios a futuro. Teniendo en cuanta que lo que se planifique se deberá cambiar”, señaló Verón.

Sobre el final, Carlos Iribarne, investigador miembro del CONICET, promotor de la Ley Promar que permitió lograr el financiamiento de la actividad científica y que el expositor consideró más importante en el ordenamiento de las ciencias marinas, reconoció la falta y necesidad de una infraestructura más sofisticada, que permita incentivar la creación de centros interinstitucionales, “porque así lo son las ciencias marinas”, señaló en relación a la gran cantidad de sectores que intervienen en los ambientes marinos.

Haciendo referencia al sello nacional de comercialización de productos de la pesca, planteó el investigador que “el desafío es mantener este sistema productivo con la diversidad, hay que mantener el Mar argentino salvaje y natural que usa la Argentina como eslogan”, tras aclarar que no es tarea sencilla, dado que los ambientes y recursos se ven afectados por el clima y las corrientes entre otros factores, por lo que señaló que es fundamental entender cómo funciona para manejarlo, algo que, señaló, todavía no es un objetivo cumplido en el nivel que se requiere.

“Tenemos que avanzar muchísimo y comparado con la tierra esto es mucho más complejo y más costoso. Sí somos caros y es importante entender que es por el nivel de complejidad que tiene, porque los procesos biológicos son muy diferentes que en tierra”, dijo Iribarne y comparó la polinización y la cría de vacas en un espacio acotado con la gran cantidad de variables que entran en juego con los recursos marinos.

“Para entender esto no solo hacen falta barcos sino una tecnología fenomenal y en el mar la ciencia es tremendamente interdisciplinaria, es fundamental, de hecho, es necesario gente que sea mitad biólogo mitad físico”, señaló ante la necesidad de comprender la conectividad en el ambiente marino.

Como siempre que tiene oportunidad, Iribarne destacó como un problema importante al que no se da solución, el acceso a los datos: “No tenemos base de datos, todavía no podemos pasar a la etapa de big data porque no tenemos cargada la base de datos y los datos no son públicos. Necesitamos gente para cargar y es básico porque afecta la capacidad de avanzar en el conocimiento, así nos será difícil poder generar información sobre el cambio climático. Tenemos treinta años de datos, hay que democratizarlos, debe ser prioritario.”, señaló.

Iribarne asegura que el acceso a datos pesqueros es bueno, pero faltan datos de plancton, de ambiente, que son muy importantes. Como propuesta consideró que es necesario generar incentivos y un laboratorio dedicado exclusivamente a la carga de estos datos porque son fundamentales para avanzar en la investigación científica.

Hasta ahora se han invertido cientos de millones de dólares en el marco de la iniciativa Pampa Azul, pero nada de ello se destinó a mejorar este problema que lleva años de reclamos. Sería interesante que luego de este congreso se le otorgue el lugar relevante que tiene en la cadena de necesidades en la investigación científica.