La temporada de calamar es una de las más importantes para Puerto Deseado; la estadística oficial marca que en 2021 se descargaron casi 41 mil toneladas; en 2022 fueron más de 37 mil toneladas y en 2023 los desembarques revelan poco más de 24 mil toneladas. Menos capturas de calamar, sumado a los conflictos con los servicios de estiba, redujeron su participación en las capturas durante el último año. La situación podría agravarse, dado que, como consecuencias de las medidas de fuerzas adoptadas por el sindicato de estibadores, las navieras han decidido no ingresar a este puerto, por lo que quedaría fuera de la temporada de calamar 2024.
En los primeros meses del año comenzaron las protestas por el bajo nivel de actividad en la descarga y el gobierno otorgó un subsidio que no hizo más que retrasar el inicio de un conflicto que terminaría con graves consecuencias para todo el pueblo. El Sindicato Unido de Estibadores Portuarios Patagónicos tomó medidas de fuerza a lo largo del año, pero en la última, llevada a cabo el 1 de noviembre, impidió que los contenedores fueran subidos al buque mercante para llegar a los destinos de exportación. Esto generó la denuncia de Intercámaras y el pedido de intervención de las autoridades. Pero nadie intervino, la situación siguió igual y las navieras informaron que mantenían lo omisión de ingreso. En ese contexto, ayer, los empresarios se reunieron con el Subsecretario de Pesca de la Nación.
El comunicado enviado por la entidad señala que se reunieron con Carlos Liberman “para exponer la grave crisis generada en el puerto de Puerto Deseado a raíz de la actitud irracional de los estibadores locales de no permitir la exportación de los contenedores desde esa terminal”.
Indican que le manifestaron al Subsecretario que, “la ilícita y arbitraria forma de proceder del Sindicato Unido de Estibadores Portuarios Patagónicos muestra un total desprecio por las empresas que invierten, operan y emplean gente en la localidad, generando una inseguridad jurídica alarmante sumada al aumento de costos operativos, daños y perjuicios sobre la mercadería en tránsito e innumerables pérdidas para las empresas”.
Lo pusieron en conocimiento de que las empresas navieras decidieron no ingresar a Puerto Deseado afectando todas las exportaciones del lugar. “La grave situación de inseguridad jurídica que hoy sufre el sector en Puerto Deseado, pone a las empresas en la situación de tener que optar a futuro por otros puertos para sus operaciones”, señalaron los pesqueros.
Desde las empresas aseguran que las medidas de fuerzas adoptadas por los estibadores generaron perdidas millonarias en dólares para las empresas locales, al tener que mover sus contenedores a otros puertos, sumado ello a lo que generan las demoras en las exportaciones.
Ante esta situación, los miembros de Intercámaras anunciaron que “frente a esta realidad, seguramente Puerto Deseado se perderá las descargas de la flota potera durante la temporada de calamar que inicia en enero 2024”.
El comunicado no hace mención de ningún tipo de intervención o al menos promesa de búsqueda de solución por parte de la autoridad pesquera; raro, dado que el Subsecretario suele tomar una actitud proactiva en los conflictos gremiales. Quizás el hecho de que el kirchnerismo haya perdido la conducción de la provincia lo explique.
Un servicio ineficiente (según aseguran los usuarios) y la alta conflictividad han hecho que las empresas esquiven descargar en Puerto Deseado. En algunos casos han confesado que solo por compromiso con las autoridades lo seguían teniendo como destino. La decisión de las navieras se ha convertido en el motivo justificado para descartarlo como opción. Probablemente esto aumente los costos cuando se opera en la zona más austral, pero por lo visto están dispuestos a asumirlo, si eso les permite trabajar con menos nivel de conflictividad.
La medida de fuerza extrema llevada a cabo por el Sindicato de Estibadores Portuarios Patagónico solo ha perjudicado a sus propios afiliados, dado que serán los trabajadores los que pagarán el precio de haber expulsado a las navieras. En esta instancia la solución del conflicto parece estar exclusivamente en manos del Sindicato.